El lactante del tercer trimestre


El lactante del tercer trimestre
Ya todo un explorador

Prof. Dr. Roberto C. Frenquelli

El lactante del tercer trimestre es atento y  movedizo. En general ha tomado cierto ritmo para dormir, cosa que le viene bárbaro a sus padres. En los primeros meses del período va como preparándose para lo que después experimentará como temor ante los extraños, la llamada “angustia de los ocho meses”. Por ahora mira con cierta insistencia a los desconocidos, si bien suele derramar simpatía cada vez que puede. Es un gran explorador de su cuerpo; ya conoce sus manos, entonces su curiosidad gira hacia los pies buscándolos en un alarde de flexibilidad; lo mismo que a sus genitales, a los que toca con insistencia y, porque no, con cierta picardía cada vez que lo cambian o lo bañan.

Es el tiempo donde ya ha logrado mantenerse sentado. Cosa que le place muchísimo. Al principio se ayuda con ambas manitas apoyadas en el suelo. Cuando está panza arriba, si lo decimos “finamente”, en decúbito dorsal, es posible que él mismo se aferre a los dedos del observador para erguirse. Más adelante buscará algún elemento firme para ayudarse, logrando la sedestación, es decir sentarse por sus propios medios.

Le gustan los objetos relativamente grandes. Se dirige a ellos con las manos abiertas, con los dedos en hiperextensión. Los atrapa con un barrido que no tiene predominio ni radial ni cubital. Es lo que suele llamarse “grasping”; poco a poco perfeccionará la prensión. Al final de este período llegará a la pinza radial inferior; es cuando insinúa bastante bien el uso del pulgar, que no llega a oponer del todo. Mientras tanto pasa los objetos de una mano a la otra mientras los presenta a su boca.

Ya todo un explorador, en la imagen ilustrativa es notable cómo está conciente de la acción de quien lo va a retratar; lo mismo que si advertimos la posición de su manita derecha, abierta sobre una colcha, experimentando lo táctil, con los deditos ligeramente flexionados dispuestos a una prensión ya voluntaria, con cierta sutileza que no tenía tiempo antes.

Su mesita es su pequeño reino. Mientras canturrea, practica acercar su lenguita contra sus labios. Interesado por los objetos que le rodean desde cerca, golpetea con entusiasmo algún juguete de tamaño adecuado, mientras sonríe a veces a carcajadas mientras deja ver, al decir del sublime Miguel Hernández,  sus “diminutas ferocidades”...

Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.

Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro
...

Pronto irá por su siguiente gran conquista: mantenerse erecto con sostén propio, aferrado a personas o muebles, sin ser sostenido. Serán los tiempos donde vaya ingresando al último trimestre de su gran primer año de vida.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El reflejo tónico cervical asimétrico

Frenquelli unplugged / Clases Facultad de Psicología, UNR / 2017

Tesis Doctoral / Roberto C. Frenquelli / "Conociendo al enemigo oculto" / (II)