Frenquelli unplugged / Clases Facultad de Psicología, UNR / 2017
Frenquelli unplugged / Clases Facultad de Psicología, UNR / 2017
Hacia una neuroanatomía del aparato mental (I)
Hacia una neuroanatomía del aparato mental (I)
Bueno, mi nombre lo conocen. Soy
Frenquelli. Y esta es la trigésimo cuarta clase inaugural que doy en mi vida,
acá en la Facultad. Y también, es la última que doy, porque muy pronto me voy a
jubilar. Y me va a suceder la profesora Laura Peirano, la profesora adjunta que
yo tengo hace unos años.
Como les decía, treinta y cuatro
año en esta casa, y con todo el proceso a cuesta de lo que fue sucediendo con
la carrera. Nosotros venimos de una materia que era conocida como Biológica II.
Ahora ha perdido un poco ese sello, pero por muchos años hemos tenido ese
rótulo. Y la materia se llamaba Psicofisiología. Por algunas razones de cómo
nosotros orientábamos la materia, cuando vino la reforma del plan de estudio
2014-2015, nos encomendaron neuropsicología y psicología del desarrollo. La
elección en nosotros recayó en la afinidad temática que nosotros teníamos.
Históricamente, cuando recibí la materia en 1984, lo que recibí era un espacio
de una materia que se llamaba “Anatomía y fisiología del sistema nervioso y endocrino”.
Nosotros la transformamos en una psicofisiología, en una materia más dinámica,
más enganchada con los contenidos de la carrera. Y entonces, en ese programa
antiguo, incluimos las etapas de la vida. Las incluíamos de una manera donde
los procesos psicológicos básicos y superiores, como el caso del lenguaje,
podían verse en las etapas de la vida. Era como una manera de hacer la materia más apetitosa, más
práctica y ligada a la práctica profesional del psicólogo. Y así dispusimos
nuestros famosos trabajos de observación del bebé, del adolescente y del
adulto. A raíz de que nos ocupábamos de las etapas de la vida, y que nos
ocupábamos de los procesos psicológicos, de cómo se producen los procesos
psicológicos superiores, nos encomendaron la materia de neuropsicología.
Es decir, neuropsicología y
psicología del desarrollo, estaban implícitos en psicofisiología. Cuando hubo
que armar el plan de estudios, con todos los avatares que eso tuvo, nosotros
pasamos a denominarnos de esta manera. Como eran muy grandes la cantidad de
temas que teníamos que desarrollar, le pasamos algunos temas a la biológica
uno, como por ejemplo, toda la anatomía del sistema nervioso. Por lo menos los
elementos básicos, de la etiología del sistema nervioso, sinapsis, neurotransmisión
y características anatómicas básicas. Porque si no, nosotros estábamos
demasiado exigidos por una carga teórica distinta y más fuerte.
¿Por qué les cuesto esto? Un poco
para que sepan de dónde viene esta materia. Que de por sí, contiene algunas
palabras extrañas para ustedes que han llegado hasta el tercer año. La palabra
neuropsicología puede sonarles un poco extraña, y la palabra desarrollo, si
bien es una palabra muy común del lenguaje coloquial, también puede tener
alguna duda en qué quiere decir eso. No sólo qué quiere decir, si no, qué valor
tiene, etcétera. Ésta es una cuestión, llamémosle teórica, epistemológica, de
la materia. Ustedes pueden leer muchos
trabajos que tenemos sobre ese tema, y en la página web hay dos, uno se llama
“El affaire Coneau y la importancia de la biología en la carrera de psicología”
y otro se llama “Neuropsicología profunda como un nexo con la psicología del
desarrollo”, que están, son de autoría mía y de la profesora Peirano. Que son
más que nada artículos de contextualización histórica y también epistémica
sobre la importancia de la materia, por lo menos para nosotros. Lo otro que les
dije recién es muy importante, porque si biológica uno, no alcanza a meterlos a
ustedes en la etiología básica del sistema nervioso, quedan un poco tecleando
para esta materia. Para poder tener una cierta facilidad tendrían que repasar
ese capítulo, que es una bolilla entera, que tiene el profesor Audisio en su
programa.
De ahí que, para decirles cuál es
mi parecer acerca de cómo podrían ingresar a estudiar esta materia, además de
hablarlo con el jefe de trabajo prácticos que tengan, para mi gusto leer dos
textos en este primer cuatrimestre casi los pondría a salvo de mayores
problemas. Yo me voy a permitir recomendárselos. Uno es el libro de Azcoaga,
“Aprendizaje fisiológico y pedagógico”,
sobre todo las primeras partes hasta que de alguna manera esté la mitad del año
transcurrida, después habría que leerlo todo al libro. Es un libro pequeño, de
editorial Ateneo. Es un libro fácil que está escrito para estudiantes de
psicología, fonoaudiología, kinesiología, de manera que no tiene una escrita
obtusa, tiene algunos diagramas y se puede leer bien. Azcoaga, a propósito de
él, es el padre fundador de la
neuropsicología argentina, un gran estudioso del lenguaje, y es un autor que
ustedes pueden seguir en otros textos que tiene cuando deseen profundizar.
El otro libro que pueden leer es
el que he escrito yo, que se llama “Psicofisiología”, donde está descripto el
sistema nervioso a modo de lo que necesita un estudiante de psicología. Es un
libro que traba los conocimientos de raigambre biológica con la psicología.
Ustedes si leen estos dos textos van a ver que la terminología siempre apunta a
lo psicológico, el nivel de mayor complejidad del comportamiento humano. Se
dice el mayor nivel de complejidad del comportamiento, el psicológico-social.
Pero lo traen de las bases biológicas. Yo me animaría a decirles que manejando
esos dos textos pueden terminar bastante bien el año, haciendo los trabajos de
observación y ampliando con algunas clases, algún texto, algún libro de los que
hay dando vueltas por ahí. Vayan leyendo de a poquito, y si pueden leer de un
libro, mejor. Y si se pueden comprar un libro, mejor aún. En tiempo de
dificultades económicas, que sería en tiempos de nobleza, como son los que
estamos viviendo, la peor pobreza que puede haber es la del espíritu. Los
sistemas capitalistas a lo que más
atacan es al espíritu. Y no comprar un libro es un ataque al pensamiento. Tanto
mejor lo que estoy diciendo ahora que cualquier cosa que pueda decir en este
teórico, porque lo mejor que puede hacer el docente es transmitir cuestiones
actitudinales y no tanto cuestiones teóricas, que están en los libros y demás.
Pero bueno, eso es un poquito la base del tema.
En definitiva, aprender conceptos
básicos de neuropsicología es una introducción al psicodiagnóstico, materia que
ustedes van a tener más adelante, y que les va a permitir evaluar tanto a un
niño, como a un adolescente, adulto o adulto mayor, en función del rendimiento
que tiene toda su posibilidad de pensamiento expresada en funciones como las
gnosias, praxias y el lenguaje. Por ejemplo, si un chico puede reconocer un
color, un objeto, una forma, si puede armar una pirámide de cubos o no, o si va
desarrollando su actitud para el lenguaje. Las funciones neuropsicológicas de
un niño se reflejan en lo esperable para el desarrollo. Cuando hablo de lo
esperable no estoy diciendo que uno pueda guiarse por una tabla inexorable de
lo que puede hacer un chico en una determinada edad, pero sí una aproximación. ¿Cuáles
son las facultades a las que puede acceder en determinado momento? No tomamos
el desarrollo como una cosa mecánica, lo tomamos desde un punto de vista
singular, pero dentro de ella, siempre hay algo más o menos universal. Por
ejemplo, un chico camina más o menos al cumplir un año. Si cumplido este
tiempo, no camina, alguna cosa puede tener.
Conviene que sepan que
neuropsicología y psicología del desarrollo están en esta materia por la razón que
apunté: porque en el plan ’84 fueron abolidas del programa. Nosotros teníamos
el privilegio de ser la única carrera del país y del mundo, que no tenía
neuropsicología y psicología del desarrollo. En Rosario somos muy singulares.
En cualquier otro lugar, neuropsicología y psicología del desarrollo son tres
materias: infancia, adolescencia y tercera edad. Por ejemplo, la UBA, que tiene
un plan de materias troncales y materias electivas. Nosotros tenemos un plan
que no tiene troncales, son todas necesarias para recibirse, pero sí vale que
sepan que nosotros lo que le vamos a dar a ustedes es una especie de
orientación general. Y tal vez, en un
futuro, a lo mejor dentro de veinte años, se dividan.
Nosotros habíamos alojado en
nuestro interior parte de estas materias, y por lo tanto lo damos. Pero
conviene saber que es mucho para un año y que hay que leer. Elegir todos los
días algún libro, ponerse de novio con algún texto.
Voy a tratar de desarrollar un
tema que me parece que les puede servir, tratando de integrar neuropsicología y
psicología del desarrollo con el sistema nervioso. Probablemente me tome
algunas clases, pero el interés que tengo es tratar de integrar los conceptos
elementales del sistema nervioso y lo que es psicología del desarrollo, no solamente
con el sistema nervioso, sino con todas las funciones psicológicas. Una especie
de contraseña para ingresar a la materia. Y el título general de todas estas
clases sería “Hacia una neuroanatomía del aparato mental”. Ustedes ven que
propongo un casamiento muy peligroso, que son dos cosas aparentemente muy disimiles,
de distintos fundamentos. Toda mi vida en la facultad trató de virar sobre este
tema y el libro de Psicofisiología versa sobre ese tema, pero ahora lo quería
dar un poquitito mejor. ¿Antes de que entre en este asunto, me quieren hacer
alguna pregunta, cualquiera sea?
[Alumno: Yo tengo una pregunta,
sin sacarlo mucho de la temática, ¿por qué en Rosario hasta el cambio de plan
de estudio no estaba Neuropsicología y Psicología del Desarrollo? ¿Cuáles
fueron los motivos?]
Es una pregunta de carácter
político-académico y exigiría una respuesta muy larga. En parte, está
contestada en “Affaire Coneau” y en “Neuropsicología profunda como un nexo con
la psicología del desarrollo”, y está casi contestada en todas las clases que
yo he dado y he escrito. A veces entre líneas, a veces no, más directamente.
Una clase que a mí me gusta mucho que he dado se llama “El sentido de la
bio-lógica”. Como lógica de viviente. Ahí está bastante tomado el tema, porque
el subtítulo de esta clase es qué tiene la biología para decirnos sobre la
vida.
En el 84’ la salida del
oscurantismo que se había impuesto en la facultad. La facultad de psicología se
había transformado en un antro de la reacción de la mayor pobreza intelectual
posible. Ya no meramente de lo que podía ser una derecha culta, si no de una
derecha muy empobrecida. Del sentido de este señor, que aparece en una
propaganda, que se llama Juan Manuel Tato, que hace el papel de un censor y
dice: “Mi objetivo este año es prohibir doscientas películas.” Una pobreza
terrible, con un poder horroroso. La facultad de los militares era más o menos
de esa cabeza, de una pobreza intelectual muy grande. En el mundo, y sobre todo
en el mundo psicoanalítico, donde Argentina-París son un eje histórico, que
tiene cierta pugna con Londres, con toda la escuela inglesa del psicoanálisis.
Ese eje París-Buenos Aires, se empezó a mover. Toda la cuestión de Lacan y el
retorno a Freud y una especie de intento de revitalizar las bases del
psicoanálisis que se sentían muy en anquilosadas y ritualizadas, con la
influencia del kleinismo. De ahí que quedara segregado Londres. Hizo que la
gente que estaba muy ávida de un respiro de libertad se prendiera de gente como
Sciarreta, Masotta. Masotta era un crítico literario, un hombre culto, que se
realizó con Pichón Riviere, que no tenía nada que ver con Lacan salvó que se
habían encontrado en Francia. Riviere vino a Buenos Aires y le dijo a Sciarreta:
“Vea, Sciarreta, acá tengo los libros [de Lacan] que yo no voy a leer.” Sciarreta
empezó a leer, Masotta empezó a leer, y eso fue tomado furiosamente, con gran
entusiasmo, por la gente más joven que quería desenvolverse en el
psicoanálisis. Lacan tiene una furiosa postura contra la biología y la ciencia.
Y entonces, la biología quedó pegada a esta gente. E incluso con lecturas
antojadizas de Freud. Lacan tiene un concepto de “ciencia” que es de él.
Conclusión, en el ’84, se dio una
lucha política por quienes manejaban la universidad. Rosario era la facultad
más desmantelada y con más gente perseguida desde el ’74. Donde ya estaba
metido la punta de esta vuelta a Freud de Lacan. Acá en Rosario existió una
institución a la que rindo homenaje, el CEP, el Centro de Estudios
Psicoanalíticos, que antes de la dictadura militar ya estaba la corriente de la
vuelta a Freud, en mano de lacanismo, con Sciarreta, Masotta. Sciarreta venía a
Rosario, al CEP, junto con otras personas. Yo iba al CEP.
Entonces, cuando la facultad
quedó en manos de alguien, quedó en manos de gente que era lacaniana. Los de la
escuela inglesa perdieron, tramitaron tratando de quedar hasta el último
momento, como los profesores del viejo tronco de la facultad que tiraban más a
la escuela inglesa y argentina.
Y Ovide Menin, a quien rindo
homenaje, un hombre bastante equilibrado y conocedor, le dio lugar a las
biológicas. Y Gloria Annoni que fue la primera decana normalizadora también.
Las defendió a capa y espada porque eran personas con sentido común, que es el
menos común de los sentidos. En la repartija de las materias a nadie le
interesaba la neuropsicología y la psicología del desarrollo. La psicología del
desarrollo porque se la veía anquilosada, mecanicista, lineal, por falta de
desarrollo formativo de los docentes. Y neuropsicología en esa época estaba en
manos de los psiquiatras, por lo cual… Por más que quien daba neuropsicología,
con el nombre de “psicología general”, era un santo de la facultad que era el
profesor Tramontín, un hombre sumamente culto, de los primeros que escribió
sobre la problemática del psicoanálisis acá en Argentina.
Bueno, por eso no se dio.
Entonces, el resultado es que ustedes tienen cinco o seis epistemologías. Para
mí, el fenómeno de por qué en Rosario no hubo esas dos materias fue un fenómeno
histórico, político y en gran parte de la actualidad, del fanatismo.
Bueno, justamente, para empezar
con el tema de la neuroanatomía y el aparato mental es un título muy provocador.
Yo he sido muy provocador, me gustan las discusiones. Muchas veces no se pueden
dar demasiado, por eso he escrito bastante. El título “Hacia una neuroanatomía
del aparato mental”, en realidad lo he extraído de un psicoanalista inglés que
se llama Mark Solms, que tiene un libro que se llama “Neuropsicoanálisis” que
he traducido y está en la biblioteca de la facultad en una traducción casera.
En 1939 en el “Esquema del
psicoanálisis”, obra póstuma de Freud,
él empieza diciendo que tenemos por un lado la evidencia empírica del
sistema nervioso y por otra mano los procesos psicológicos, conscientes e
inconscientes. Y que no hay ninguna duda
de estas dos polaridades. ¿Qué puede haber que los una? Él dice que esto es un
problema. Lo cierto es, la incontrastable evidencia de que nosotros portamos un
sistema nervioso y algo tendrá que ver con los procesos psicológicos. Y ahí
Freud hace una incursión en lo que serían cuestiones metodológicas y de
comparación con los procedimientos de la física. Tanto uno como el otro polo se
basan en última instancia en modelizaciones. En intentar construir eslabones
que permitan relacionar partes tratando de distinguir las funciones de una
manera u otra. Este es el mismo método de la física. Este trabajo y esta parte
de Freud ha sido tomada como “el Freud del positivismo”, pero lo que yo creo
leer en ese trabajo es que la mente se puede modelizar, como también puede
modalizarse el sistema nervioso. Él dice muy inteligentemente que si uno puede
cortar la masa encefálica, la mira, la examina, la diseca, la separa, tampoco
llega a ninguna conclusión y tiene que hacer alguna lógica inferencial
relacional para decir algo sobre eso. Se construye, de alguna manera, algún
grado de modelización para poder entender. Y cuando Freud estable sus modelos
de la mente, hace algo parecido.
Freud tiene tres modelos de la
mente. Uno es el modelo del proyecto, 1895; otro, el de la Interpretación de
los Sueños, 1900; y tiene el del “Yo y el Ello”. Si ustedes leen detenidamente
esos trabajos, sobre todo la primera parte del proyecto, van a ver que hay un
Freud ahí totalmente desconocido por el lenguaje que tiene. Yo he leído muchas
veces antes de entrar a la facultad y con psicólogos en grupos de estudio. A
ellos no les gustaba el proyecto. Porque el proyecto tiene un lenguaje de un
Freud todavía muy ligado a la escritura de la neurología y a la estructura de
su libro de las afasias, que es un texto prepsicoanalítico. Entonces, habla de
neuronas, corteza de cerebral, vías, energía; en fin, es farragoso leerlo sin
ayuda. Por supuesto ha habido interpretaciones de que allí en vez de hablar de
neurona se puede hablar de representación, etcétera. De modo que hay una forma
de darle una vuelta a ese primer modelo. De todas formas, es un modelo que
Freud no dejó nunca, y lo sostuvo hasta su muerte. Y sobre todo le da mucha
importancia en “Más allá del principio de placer”. El modelo de la mente de
Freud en el proyecto era un modelo inhibitorio, es un modelo de freno de
algunas reacciones que podían implicar descargas en el vacío, etcétera. A
través de una famosa modelización que llamó la vivencia de satisfacción. Es un
modelo de carga y descarga de una imagen y la descarga, que sería la acción,
está acotada por lo que después será el principio de realidad.
En el segundo modelo, el de la
Interpretación de los Sueños, ustedes han estudiado el polo motor y el polo
sensorial, el polo perceptual. Que ustedes lo ven en el famoso esquema del
peine, que tiene intercaladas las huellas de la memoria, que habla de
percepción, de acción, de memoria, y una serie de mecanismos donde va
introduciendo la noción de inconsciente.
Ése es un modelo que también tiene mucho de
neuropsicológico. En la medida que este modelo, este esquemita del peine es,
dado vuelta, el aparato del lenguaje, que también tiene un polo sensorial y un
polo motor. La palabra leída, escuchada y la palabra producida en el lenguaje.
Y una articulación entre lo sensorial y lo motor.
S M
Este modelo está en el libro de
las afasias, y Freud lo toma tratando de distinguir las afasias motoras,
expresivas, de las afasias sensoriales, que son las afasias de compresión. La
persona que no entiende. Este es un trabajo de 1891.
Hay quien dice que cuando pensó
el aparato de los sueños, dio vuelta este modelo y puso todos sus elementos. Se
dice que es un modelo inhibitorio porque tiene que ver con el freno impulsivo
de la acción.
Ustedes van a estudiar en esta
materia una cosa se llama funciones ejecutivas, que sería que hay un sector en
el cerebro que pone freno, inhibe. La teoría de la alucinación más formalizada
que existe es la teoría, que yo voy a llamar neuropsicológica, de Freud en el
proyecto. Donde la carga, intensa, emocional de una imagen, sin ninguna clase
de freno inhibitorio.
Después está el modelo del Yo y
el Ello que también está cargado de asociaciones con el sistema nervioso, sobre
todo en las conexiones del yo y el ello. Que sería algo así como que el yo está
unido permanentemente al resto del cuerpo. El yo recibe permanentemente desde
el ello una gran cantidad de estímulos. La idea que tiene Freud ahí, es que el
ello, el “conjunto de la masa corporal pulsante” que induce a la acción, va
desarrollando una capa diferenciada de tramitación con la realidad.
Realidad
De ahí que aparece la famosa
metáfora de que el yo es el jinete y trata de controlar la impulsividad del
corcel, como una diferenciación, como forma de tramitación. Dicho sea de paso,
el aparato psíquico es un aparato de tramitación con la realidad. Después
también va a teorizar el Superyo.
Pero en definitiva, aparte de
hacer esta introducción de los tres modelos de la mente, y hacer una defensa de
que Freud nunca dejó de pensar en la biología y que el rótulo de positivista es
por lo menos una canallada, lo que me gustaría decirles es que además de
defender una postura que relaciona conceptos del sistema nervioso, la
neuropsicología, la psicología del desarrollo y teorías como el psicoanálisis,
quiero llevarlos al punto de que en definitiva tanto la neurología como el
psicoanálisis, tanto en las consideraciones del aparato mental, que pueden ser
hechas también desde la psicología cognitiva, siempre se basan en modelos de
funcionamiento. Es decir, ¿qué quiere decir modelo? Cuando yo veo que a Freud
se le ocurrió el Ello, o se le ocurrió polo perceptual-motor, o la vivencia de
satisfacción, lo que hizo fue modelizar. A la evidencia empírica de lo
psicológico le puso un nombre que permita entender, porque no hay algo concreto
como el “Yo”. Es un concepto, una manera de llamar a algo y de darle un sentido
explicativo.
Voy a ir
terminando esta introducción con una famosa discusión entre Jacques-Alain
Miller y Ricardo Horacio Etchegoyen. ¿Quiénes son? Bueno, Miller quien se casó
con la hija de Lacan, es quien sucede. Los lacanianos se dividen, no sé si
saben, en millerianos y no millerianos. Por otro lado, Etchegoyen, un argentino
que falleció el año pasado, ex presidente de la IPA, la Asociación
Internacional de Psicoanálisis. Entonces, hacen un debate, que lo pueden leer
en una revista que se llama Vertex. Búsquenlo con palabras claves como
“logociencias-neurociencias”. Etchegoyen
no tiene nada que ver con las neurociencia, es un hombre culto, partidario de la escuela
inglesa, un sabio del psicoanálisis. Una gran figura. Pero en la conversación
debaten acerca del tema de la neurociencia en el psicoanálisis.
Miller lo va
llevando a Etchegoyen al campo de que él estaría más cerca de la neurología,
que no es lo que más le gustaba a Miller. Y él se basa en la ciencia vinculada
a la palabra, la logociencia, bien al estilo de su maestro Lacan. La idea de
que el lenguaje prácticamente justifica todo el funcionamiento psíquico, como
si el lenguaje fuera la condición de lo psíquico. Y Etchegoyen, más freudiano
que kleiniano, que él cree como creía Laplanche que lo psíquico es la condición
del lenguaje. Por supuesto, no se ponen de acuerdo.
Un
psicoanalista estudia la mente con un método, pero siempre es un cerebro con
otro cerebro, por decirlo de una manera, en la soledad del consultorio. Un poco
como diciéndole, es un cuerpo a cuerpo.
Pichón Riviere decía que el psicoanálisis es una práctica bicorporal y
tripersonal. Él siempre decía que había un tercero que podía ser cualquier
cosa, instituciones, familia, pareja, etcétera. Pero son dos cuerpos. Entonces
Etchegoyen le dice: “Mire, Miller, usted no puede negar que es un cerebro con
otro cerebro.” Y así también pasa en la neurología. Tanto los neurocientíficos
como los psicoanalistas no tenemos otra opción más que recurrir al sistema
nervioso. Sin él, no podríamos pensar en
estas cosas.
Nosotros somos
partidarios de la postura de que el círculo de lo psíquico es mayor que el
círculo del lenguaje, por supuesto. Es una de las cosas que vamos a tratar de
sostener.
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