La ecografía obstétrica y la observación de bebés
La ecografía obstétrica y la observación de bebés
Prof. Dr. Roberto C. Frenquelli
En los últimos años
el desarrollo de la ecografía ha sido extraordinario, tanto en general como
también en lo particular vinculado a lo que nos atañe en Desarrollo Temprano.
Hoy en día es
difícil encontrar a alguna persona que no haya sido sometida a este tipo de
examen médico. Tanto que su alarmante demanda genera preocupación no sólo por
el ingente gasto que genera en el sistema de salud, también por el creciente
abandono de las prácticas semiológicas clásicas, tan efectivas y favorecedoras
del esperable contacto que toda relación médico paciente merece.
En cuanto a la
ecografía obstétrica, digámoslo de entrada, resulta evidente que su amplia
difusión ha generado una moda tan peligrosa para la economía nacional como para
el mejoramiento de la calidad de la asistencia de la embarazada y su familia. La
moda, no solamente resulta tal, sino también muchas veces tontería. Las mismas
embarazadas buscan “ver” a su niñito intraútero bajo las falsas exigencias que
plantea la medicina de oferta mercantilista. Los parteros, por su lado, suelen
seguir el dictum de los tiempos, en el mejor de los casos cansados de explicar que tal
vez no sean necesarias muchas de las indicaciones; en el peor de los casos,
pueden apelar a otros recursos para perder, imaginariamente, menos tiempo en el examen clásico y oportunas
explicaciones a la madre. Creo
que ya estamos ante un sobre consumo, muy dirigido desde el complejo médico
industrial que no tiene miramientos otros que sus bolsillos.
Sin embargo en este
caso, como en casi todos, es aconsejable no “tirar el agua sucia junto al
bebé”. La ecografía obstétrica ha venido a iluminar muchos aspectos del
desarrollo en la vida intrauterina, mostrando las fases del crecimiento, de la
anatomía y fisiología cerebral, cardíaca, respiratoria, digestiva, placentaria,
renal. Es un gran método complementario de control del embarazo, resulta útil
en maniobras vinculadas a diagnóstico precoz e inclusive terapéuticas. Se
habla, con razones, de una Medicina Fetal. Nada puede negar este vasto y aún
más prometedor campo. Como pasa con todas las innovaciones tecnológicas lo que
importa no es la probabilidad de desatinos sino su uso crítico, con templada
visión clínica, con cierta actitud crítica, y contemplación ética.
Es cuando nos
preguntamos por la ecografía en la observación de bebés, en las
transformaciones clínicas que por si misma impone. La madre, la familia entera,
pueden ver al niño en imagen. Luiggia Cresta Scacciati, una analista de Florencia, ha escrito un
interesante trabajo titulado “Ecografia
e processi interiori”, dentro de un libro compilado por Gina Ferrara
Mori que se titula “Un tempo per la maternità interiore. Gli albori della
relazione madre-bambino”. Ver al feto no debe quedar en la
cuestión elemental de la imagen cruda, también es brillante ocasión para el
espesamiento de la trama imaginaria y el acceso a lo simbólico.
Algo impensado en
los tiempos de Esther Bick, la ecografía obstétrica implica un desafío
multidisciplinar. Seguramente beneficiaría mucho la preparación psicodinámica
de los operadores, tanto técnicos como médicos, atendiendo a las palabras de
las madres y acompañantes, buscando dar al momento del estudio un marco
diferente sobre todo a la hora de las devoluciones diagnósticas. Puede ser un
gran método, complementario también, a los tratamientos de la mujer encinta y
su pareja. Lo mismo que la posibilidad de
trabajar sobre las imágenes ya obtenidas, tantas veces se requiera, incluyendo
los videos que suelen lograrse. Nuestros alumnos de observación de bebés,
seguramente podrían interesarse en esto, preguntando con tino y,
fundamentalmente, con curiosidad positiva acerca de lo que se desprende de esas
fotos que siempre acompañaran a esas vidas nacientes. La habilidad semiológica
clásica es absolutamente compatible; incidir sobre el discurso materno,
explorándolo y estimulando su expansión, no es adversario de la ecografía. Como
tampoco lo fue la fotografía y las filmaciones para Spitz o los Robertson,
pioneros de estos métodos que alguna vez también fueron novedad.
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