Notas sobre el esquema corporal (II)
Un bebé de tres meses. Un futuro arquerazo.
Prof. Dr. Roberto C. Frenquelli
Este bebé de poco
más de tres meses va consiguiendo prender un objeto con ambas manos. Que
inmediatamente se lleva a ese espacio omnipresente por su tiempo, la boca.
Con sus patitas arriba, en un gesto usual para este
momento del desarrollo que demuestra además de una elasticidad envidiable, una
relativa incapacidad para dejar de comprometer todo el cuerpo en una acción que
más adelante podría limitarse sólo a los miembros superiores. El recién nacido
reacciona globalmente, “en bloque”, con asimetría, con predominio del tono
flexor. Aquí, a esta altura, si bien reacciona in toto, lo hace con cada vez con menos torpeza, hasta con cierta elegancia.
Se balancea como un arquero de fútbol, acompañándose con algunos grititos de
tono placentero.
Se puede advertir
que tiene los ojitos cerrados; esto se debe a que al aproximar la pelota a su
cara ha activado el reflejo palpebral, otra demostración de su manera global de
expresarse. Pronto lo hará más discreta y armoniosamente. Ya no moverá sus
piernitas, no cerrará los ojos, se irá concentrando en el movimiento en forma
más ajustada, sin comprometer todo el cuerpo.
Otra cuestión bien
notoria es que no ha “tomado” la
pelota. La agarra merced al reflejo de prensión palmar. No se
trata de un movimiento voluntario. No obstante, sin dudas, es un logro
importante, que va mostrando una progresión esperable como base para otros
momentos futuros; sus manitas van al centro, juntas en pos de la misma acción.
Se ha instalado cierta simetría, coordinadamente. Ya tendrá tiempo para llegar
al tomar y el dar, dejando de lado el agarrar y soltar. El par sujeto - objeto
se irá construyendo poco a poco, dando paso a sutiles maneras de proceder en el
mundo con los otros.
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