Sobre la alimentación
Cuando lo que importa es el vínculo
Prof. Dr. Roberto C. Frenquelli

Notas sobre la alimentación (I)
Cuando lo que importa es el vínculo
Prof. Dr. Roberto C. Frenquelli
Entrando
al sexto mes, bien sentaditos, de la mano de la aparición de los
primeros dientes, los bebés suelen comenzar la alimentación con sólidos.
Comienzan a investigar nuevos horizontes: ya no estarán totalmente
concentrados en sus madres como cuando son amamantados con pecho o biberón;
mientras miran otros objetos jugando, suelen canturrear con cierta
gracia al par que experimentan diversos sabores y texturas. Ya no chupan
exclusivamente, ahora empiezan con otros movimientos deglutorios como
tragar papillas de consistencias y temperaturas distintas. Todo esto en
anticipación a un próximo momento donde comenzarán a masticar.
Este
momento de la vida, que puede darse también más adelante, implica
grandes cambios. Señala el inicio del destete. Aunque la enorme mayoría
de los chiquitos continúa con la teta o el biberón, en un plan de
alimentación que podemos llamar mixto. Paulatinamente, desde luego, se
producirá el abandono de la lactancia absoluta.
Sobre
estos asuntos hay una miríada de posiciones, que van desde un extremo a
otro. Desde aquellas que sostienen que la alimentación con el pecho
debe cesar con la dentición hasta otras que la defienden como única
hasta entrados los dos, tres o aún más años. Hoy no es infrecuente ver
cómo un niño, mientras corre en un cumpleañitos, deja súbitamente su
actividad para salir disparado hacia su madre que muy oronda le brinda
su seno de parada. No es la intención de este escrito entrar en las muy
difundidas discusiones de actualidad que suelen rozar lo fanático y, por
qué no también cierta cursilería pseudo académica.
Cerraré con una idea de Miriam Botbol que puede leerse en su imperdible obra: “Crecer juntos. Bebé, bienvenido al mundo (0 – 3 años)"
, de Editorial Síntesis, donde nos dice: “A la pregunta: ¿Pecho o
biberón?, la respuesta es: Vínculo. Ya sea el pezón o ya sea la tetina
lo que atraviesa la puerta de la boca, la decisión adecuada siempre será
aquella que preserve la buena relación con el niño”. A lo que yo ahora
agrego: lo mismo vale para el inicio de los tiempos de la cuchara; o de
los propios dedos del bebé, que embadurnado con su comidita, empieza a
llevarla a su boca por sus medios. El destete, uno de los grandes duelos
a los que estamos inexorablemente expuestos, es ocasión de crecimiento
en un marco de seguridad y templanza. Tarde o temprano advendrá.
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