El sistema nervioso como red de tramitaciones sensoriomotrices

 

 ISSN 2422 7358

Clase Teórica / 01 / 2015

Profesor Roberto C. Frenquelli

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Neuropsicología y Psicología del Desarrollo

El Sistema Nervioso como red de tramitaciones sensomotrices

Profesor Doctor Roberto C. Frenquelli

Clase teórica del 9 de abril del 2015

Todas las diapositivas que voy a pasar, que son 10 en total, las voy a subir a la web. Ésta es una obra de un señor que se llama Escher, son manos que se dibujan a si mismas. Escher es un artista y dibujante del siglo XX que es muy famoso por una serie de obras donde él trabaja una especie de dialógica entre lo interno y lo externo, lo que está arriba y lo que está abajo, la profundidad y la superficie; todas estas condiciones a modo de hermanamiento, pariendo “mellizos”, que tiene nuestra mente. En este caso una mano que dibuja otra mano. Por supuesto que Escher cuando dibujaba no pensaba en cuestiones filosóficas; pero sin duda, estaba muy comprometido con esta ligazón muy particular  entre opuestos. Estas son palabras que vamos advirtiendo: opuestos, ligazón.

Se podría decir que conforma una operación de indistinción. Es como una circularidad infina, sin principio ni fin. Se hace difícil decir dónde empieza y dónde termina algo. 

Visto desde el punto de vista del arte ofrece un cierto impacto estético. Como por ejemplo, tomando otras obras, donde un joven está dibujando en una ventana mientras observa una bahía donde hay una serie de barcos, desde uno de ellos hay otro marinero que observa al que lo está observando. Hay  una indistinción entre quien observa y quien es observado. 

Es desde esta trama donde he tomado a Escher para ingresar a nuestro tema de hoy,  “El sistema nervioso como red de operaciones sensomotoras”.  Esta cuestión, de indistinción entre productor y producto, resulta un concepto central para nosotros en  Neuropsicología y Psicología del Desarrollo.

Tenemos un opuesto: lo sensorial y lo motor. Nosotros vivimos permanentemente en una red de tramitaciones sensomotoras.

Hay quien diría, en unas de esas expresiones algo atrevidas que invitan a pensar, que la vida es una red de tramitaciones sensomotoras.

Pensemos. En este momento Ustedes me escuchan, me ven, merced a las propiedades sensoriales de vuestros sistemas nerviosos. En la intimidad dirán “... a dónde quiere ir este profe...”, “y si estuviera un tanto loquillo?, qué es esto una de red de tramitaciones!”... Yo, por mi parte, desde la irremediable soledad que todo docente padece de algún modo, escruto en vuestras expresiones, “cómo estarán tomando todo esto?...”, “les resultará interesante?...” Un sinnúmero de eventos de diversa clase y categoría se va dando en este diálogo. Y todo pasa por lo que he llamado “tramitación sensomotora”. Sí, un trámite; es decir estamos en medio de un proceso, en secuencia circular, de ida y vuelta, intentando resolver un asunto. Qué asunto?..., ni más ni menos que entendernos, desenvolver el proceso enseñanza aprendizaje, nuestra tarea manifiesta aquí y ahora. Toda la vida es un trámite. No un “mero trámite”, claro está.

En el momento en el cual emito mis palabras  produzco vibraciones en el aire circundante, estas impactan en los tímpanos de ustedes, como “aire organizado”, son ondas sonoras que  producen presión sobre los tímpanos. Desde allí, por la cadena de los huesecillos del oído medio, que conforman un sistema mecánico, ejercerán presión sobre la llamada ventana oval en el oído interno. Entonces esas magnitudes físicas, primero ondas sonoras, después presión de los huesitos, sufrirán un nuevo cambio a energía electro química, la de los potenciales de acción del Nervio Auditivo.  Ese pasaje de una clase de energía a otra se denomina Transducción.[1]  Por este nervio, uno de los Pares Craneales, arribará tras pasar por diversas estaciones nerviosas a un punto donde se producirá una “mágica diferencia”, aquella que les permitirá decir “Oh..., el Profesor ha dicho Transducción..., qué cosa es esto?” Tal vez alguno, más valiente y decidido, me diga “...cómo dijo Profesor..., Transducción?, podría repetir la idea...” Se va delineando ese círculo del que hablaba, de las tramitaciones sensomotoras, de ese gracioso remolino que parece el perro que se muerde la cola.

Un lindo ejemplo vinculado al movimiento, que nos enseña que es precisamente él, el movimiento, quien nos pone en el significado de las  cosas. Al escribir con tiza, algo aprendido, uno termina sabiendo qué es  una tiza. Cuando ha practicado con ella. Cuando se aprende por la actividad sensomotora. Se aprende en la acción.

Otro ejemplo es el de “la pelotez de la pelota”; vayamos a un niño de 3 años.  Ya estamos en la Psicología del Desarrollo. El niño ve un objeto redondo con los colores preferidos del club de su padre. El niño nota  que si le aplica una determinada fuerza, se mueve;  si tras algunos intentos  ve que cuando le imprime  una determinada dirección vuelve porque da contra una pared;  empieza a practicar con ese objeto, primero un poquito y después otro más, nota que después vuelve más fuerte, o más despacio; vuelve algo al costado, la toma y vuelve a despedirla. Y así. Empieza entonces a hacer una cosa que se llama  en terminología piagetiana reacciones circulares[2].  También podemos hablar de operaciones circulares. Entonces a los diez  días juega con aquel objeto que ahora es una para él una pelota!. La tira contra la pared con mucho placer y eficiencia; más tarde mejora mucho pues la hace picar, la bota contra en la pared, la ataja, la vuelve a picar;  la toma con una sola mano. Y pronto  juega al basketball en Temperley, su club de barrio. A  los 15  lo venden a otro club más importante. Y a los 21 juega en la NBA!

El chico aprendió acerca de la “pelotez” de la pelota. Porque antes cuando veía una cosa esférica, de color, con ciertos colores que le gustan a su  padre, no tenía noción de que era una pelota. Adquirió el significado de la pelota en la acción[3].  La Psicología también se aprende en la acción. Lo mismo que el Psicoanálisis. El Psicoanálisis no se aprende en las declamaciones de ocasión, en las declamaciones oscuras de cierta retórica aburrida. Lo mismo pasa con todo. Las clases son una oportunidad, son un momento para entrar en cierta sintonía con el docente, con lo que dice el docente. Pero el conocimiento genuino está en la acción, en la Práctica. Por eso son tan importantes los Trabajos de Observación.

 Pero quedémonos por ahora con que las operaciones sensomotoras son reacciones circulares, de indistinción, de auto corrección. Porque cuando uno tira la pelota contra la pared y siente un cierto ruido sabe que “algo no va”, e inversamente, que ese es el ruido del buen movimiento. Lo mismo pasa cuando uno bate yemas de huevo, si uno bate muy fuerte puede que tire la yema para todos lados; si lo hace más lento no notará buen resultado. Hay una búsqueda de cierta armonía entre sensación y movimiento.

Faltaría agregarle una palabra a este tema, la que los matemáticos llaman operaciones recursivas. Es concepto difícil. Vamos a suponer que en un cierto sistema aplicamos indefinidamente la misma operación. Se logra de esta manera una cierta estabilidad, un estado donde se advierte aquella indistinción. Entre productor y producto. Arrancamos con un número, le aplicamos repetitivamente la misma operación, llegamos al mismo número del inicio!  

Indistinción entre lo sensorial y lo motor. La repetición de la misma operación, también llamada “iteración”,  lleva a una cierta perfomance, relativamente estable, donde se enlazan ambos opuestos. Los opuestos se oponen, pero también entran en una sinergia colaborativa. Terminan por fundirse entre ellos, en una suerte de paradoja. Pues son distintos, pero no son distintos.

Recursividad no es lo mismo que dialéctica, en la cual entre tesis y antitesis se genera un tercer campo inteligible, la síntesis. Aquí, en la recursividad, se produce un lazo inextricable entre los opuestos. Es una condición de la Biología, de la vida. Es lo que nos hace pensar en una Lógica de lo Viviente, en la Bio Lógica.  Es como podemos pensar Biología y Cultura. Como podemos pensar Cerebro y Mente; son distintos, son opuestos, pero se funden entre si.  

Recursividad tampoco es un circuito de retroalimentación negativa[4], también llamado “a constancia”. No lo es pues la recursividad implica un cambio en los elementos intervinientes en la operación. En la retroalimentación los elementos del sistema permanecen sin variantes, son siempre los mismos. En el momento que el niño juega “iterativamente” con la pelota está cambiando la calidad de sus conexiones sinápticas, las está estilizando, las está afinando. Eso lo llevará al virtuosismo del que hablábamos. Los elementos interactuantes van cambiando, tanto en lo morfológico funcional como en el sentido específico que se adquiere. Lo que llamaba hace un rato “pelota roja” es “otra pelota” al terminar el juego.

Es cierto que mientras se desarrolla el juego se van produciendo cambios al estilo de correcciones dentro del sistema; el tiro se va mejorando, tanto en la posición de las manos que arrojan el esférico, como en la fuerza con se lo hace, como en la dirección y velocidad. Pero aquí los componentes van siendo modificados. La máquina viviente se autorrepara y autorregenera sin cesar. Esto es la organización recursiva.

En el servomecanismo la máquina es más trivial, no se modifica, solo se autocorrige.[5] Una ametralladora de tiro antiaéreo corrige la mira para apuntar mejor el disparo, pero sus componentes no cambian. Siempre es la misma ametralladora, siempre es el mismo indicio del avión a derribar. En cambio los seres vivos vamos cambiando el sentido, la significación de la secuencia. Al terminar esta clase no estarán hablando con el mismo Profesor. Yo tampoco estaré hablando con los mismos alumnos. Nuestros circuitos neurales, nuestras sinapsis, no serán las mismas.

Concluimos con una sentencia: la Biología no es de la línea, la Biología – en otros términos la vida – es del círculo. Del círculo creativo de los bucles recursivos. Cuando hablamos de estos asuntos no estamos meramente aplicando a sistemas de “baja complejidad” como podrían ser los reflejos espinales. Toda la interacción humana, hasta las más complejas, es un entramado multidimensional de operaciones de este tipo. Por eso es tan difícil puntuar dónde empezó un problema. Lo que llamamos problemas, todos los problemas, obedecen a una causalidad reticular, de indistinción productor producto. Hablo de problemas como aquello que requiere determinada acción en pos de la tramitación vital.

Repasemos ahora algo sobre Neuronas. Sabemos que ellas se conectan entre sí por las Sinapsis. Conocemos acerca de los mediadores químicos llamados Neurotransmisores. Antes de Ramón y Cajal se suponía que las neuronas se comunicaban entre sí sin mediar ninguna solución de continuidad. Se suponía que el paso entre ellas era libre, al estilo de un sistema cloacal, como el que conecta abiertamente las cañerías de nuestra casa con el mismísimo Río Paraná. Pero no es así. El pasaje de la información está reglado, está organizado en forma selectiva. Gracias a las Sinapsis que “fiscalizan” ese tránsito. Ya sea facilitándolo o dificultándolo.

Sabemos de la fantástica interconexión entre neuronas. Hablamos de una “galaxia neuronal”. La suma de influencias positivas y negativas sobre un cuerpo neuronal hará que la información tome un sentido u otro. Existen verdaderas Asambleas Neuronales. De sus “dictámenes” se irán conformando los caminos neurales que otorgan significación.

Se van in – formando las Redes Neurales. Hay una identidad entre huella sináptica y significado.

De la esfera roja brillante hemos pasado a la pelota, de la pelota hemos llegado al virtuosismo del basketball.

Estamos a un paso de formular otro aserto. Es aquél que dice “el psiquismo es una propiedad emergente del Sistema Nervioso”. En tanto Psiquismo implica cualidades, significaciones. De las imágenes simples, desanudadas del color, forma, movimiento, a la esfera móvil, atractiva por sus colores; de la esfera a la pelota con que se juega; de la pelota a un juego particular; de ese juego al podio de los grandes deportistas. Toda esa tramitación es propia de los diferentes caminos neurales que se van estableciendo, históricamente determinados. Son los Caminos del Desarrollo. O del Devenir, si prefieren esta expresión.

Freud, en 1895, en su “Proyecto…” dejó claramente establecido este asunto. Es cuando conceptualiza acerca de las Facilitaciones entre las neuronas “psi”. Son caminos singulares, exclusivos. La singularidad propia de lo subjetivo asienta en las propiedades de las Sinapsis.

No hay efecto del Sistema Nervioso, tanto en lo que hace al movimiento somático como en el movimiento visceral, - pensemos en el movimiento de mi brazo, de mis intestinos o de glándulas de secreción externa[6] -  que no influya sobre la superficie sensorial, receptora. Estamos a un paso de entender que la Percepción, tras un primer momento de copia exacta de la experiencia, se inscribe absolutamente siempre en forma particular. La pelota de un niñito no es la misma pelota de su hermanito. Son siempre distintas. Pues cada cual ha construido “su” pelota. Por eso los hermanos Maradona juegan tan diferente. La sensomotricidad de Diego no fue la misma que la de Hugo. Para suerte o para desgracia. Pero fue así.

Hay un quiebre desde la Percepción misma. Por eso decimos siempre, “el Aprendizaje es una perturbación de una cierta dinámica de estado de un sistema, no es una instrucción”. No hay fenómeno de mero copiado. Hay una inscripción particular. Esto es lo que trabajan muy bien los teóricos de la Plasticidad Neuronal. La Plasticidad Neuronal es la capacidad del Sistema Nervioso de ser modificado por la experiencia. Pero esa modificación es siempre particular, única y diferente. La Realidad no se captura, se construye.

Cada uno de Ustedes saldrá algo distinto de esta clase. Cada uno de Ustedes habrá tomado alguna cosa, vía el particular filtro sensorial de cada uno, según el modo particular  de procesar la información. Nadie saldrá igualmente impresionado por mi clase. Todos se llevarán algo. Pero ese algo será siempre diferente.

En el Sistema Nervioso se dan fenómenos de Transducción, donde como dijimos  se captan determinadas magnitudes energéticas, como los decibeles, y se llevan a otro nivel energético, como el electroquímico. Luego se dan fenómenos de Traducción, donde se pasa de una Huella Sináptica a una Huella Psíquica. Luego se dan fenómenos de Transformación, donde los significados pueden ir cambiando. Transducción, Traducción, Transformación. Diferentes modos de tramitar el eterno comercio entre Cerebro y Cultura. [7] Ha dicho Morin, el epistemólogo de la Complejidad, “todo conocimiento es una traducción  y una reconstrucción”.

El bebé recién nacido, al pasar desde el interior “acuoso” del seno materno al exterior “gaseoso” del ambiente, sufre aquello que Rank llamara con acierto “el trauma del nacimiento”. En su llanto, en el desordenado agitar de sus miembros expresa su Angustia prototípica. Su necesidad de asistencia para evitar una mayor catástrofe. Pero  a su desesperada motricidad se le agrega una poderosa “inyección”  de hormonas como adrenalina o el cortisol. Estas son las secreciones internas de las que hablaba hace un momento. Esas hormonas están prestas a la acción, a la desesperada búsqueda de la asistencia en pos de un nuevo equilibrio. Serán el calorcito de la piel de su madre, el olor de sus pezones cargados de leche, la succión y ulterior alimentación, las imágenes que irán esculpiendo sus “caminos neuronales”. Sus Vivencias de Satisfacción y Dolor, tal como Freud las llamó en el trabajo que les cité hace un rato. Se irán estableciendo huellas, significaciones. Las primeras inscripciones, los primeros esbozos de las constantes Espacio Tiempo. O lo que es lo mismo, las primeras Representaciones. La Realidad se presenta, el Sistema Nervioso la Representa. Esas inscripciones son las que irán modificando la Percepción. No habrá uniformidad en el mundo perceptual.

Es un grosero error pensar que la Neurofisiología que sustenta nuestra postura en Neuropsicología y Psicología del Desarrollo pueda asentar sobre un criterio positivista, objetivista. La Neurofisiología enseña que la Realidad Objetiva, antes que nada, es puesta entre paréntesis.

En matemáticas, volvemos a ellas, el paréntesis indica que su contenido debe evaluarse, perdiendo su significado esencialista. La objetividad se diluye, se torna una ilusión, dejando lugar a la recursividad entre Subjetivo y Objetivo. En todo caso podemos hablar de un tratamiento objetivo, pero siempre con finalidad subjetiva.

Digamos como muchos que “…la gente que estudia el cerebro no se da cuenta de que estudia el cerebro con su espíritu”. Y agreguemos, ahora pensando en nuestro medio, en muchos Profesores de esta Facultad: “…el espíritu se estudia con el cerebro”. Esta separación, esta disyunción entre Cerebro y Espíritu[8], obstaculiza mucho vuestra llegada a nuestra materia.

En el ejemplo que he dado sobre el Trauma del Nacimiento, ese momento tan riesgoso de nuestras vidas, he puesto en juego las dos grandes divisiones del Sistema Nervioso: la vinculada a lo Somático, a veces llamado  de “la Vida de Relación”; la vinculada a lo Visceral, también llamado “Vegetativo”. [9]

En realidad, sería más justo hablar de Sistema Neuroendocrino que de Sistema Nervioso a secas.

 

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[1] Un transductor es un dispositivo capaz de transformar o convertir una determinada manifestación de energía de entrada, en otra diferente a la salida.

[2] Inicialmente las entenderemos como acto simple que se repite con cierta frecuencia.

[3] Bien puede decirse que para Piaget, la acción es el motor del conocimiento. Sería como dicen las Sagradas Escrituras  “en el principio fue el verbo”, pensando  verbo como acción. Puede verse también en Goethe, en su “Fausto”, donde dice “…en el principio era la acción”.

[4] Los sistemas regulados pueden ser “a constancia” donde el efecto hace cesar la intensidad del efector, o a “tendencia” donde el efecto aumenta la estimulación desde el efector. Son los llamados feed backs, negativo y positivo, respectivamente. Los sistemas vivientes poseen mayoritariamente circuitos “a constancia”, donde se persigue un valor más o menos estable.

[5] Este tema, acerca de Máquinas Triviales y No Triviales, ha sido muy bien desarrollado por H. von Foerster en “Objeto, Lenguaje y Realidad”.

[6] Me refiero a motilidad somática como aquella que discurre por las vías motoras conectadas a los músculos estriados, del Sistema Nervioso de la Vida de Relación; a motilidad visceral a aquella ligada la musculatura lisa, de vísceras como corazón, bronquios, pulmones, intestinos, vejiga, glándulas salivales, etc. , en el orden del Sistema Nervioso Vegetativo.

[7] Todo esto puede revisarse en diversos textos apuntados en la Bibliografía existente. Corresponden a los grandes capítulos de Sistemas, Complejidad, Constructivismo.

[8] Uso el concepto de Espíritu en el sentido de Mente, “mind” en inglés.

[9] Recomiendo ampliar este tema leyendo “Psicofisiología. Hacia una comprensión bio lógica del hombre”, de mi autoría.

 

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