Metálogos de la comarca (IX). Una pregunta inocente.
Metálogo de la Comarca (IX)
Profesor Invitado Macaón Podalito, el asclepíada, con Darío, el preguntón fiel compañero
Octubre del 2016
- Profesor, le leo este párrafo que he encontrado en mis búsquedas…
“Las hormonas son las encargadas de regular los sistemas del cuerpo y ayudar al individuo a reaccionar frente al medio ambiente. Una de estas hormonas es el cortisol, producida por las glándulas suprarrenales. Una de sus funciones es ayudar a las personas a afrontar el estrés y hacer ajustes corporales para hacer frente a situaciones de peligro. Para que el cuerpo funcione adecuadamente debe haber un equilibrio en los niveles de cortisol, si hay muy poco el cuerpo se “apaga”, si hay mucho se convierte en angustia”.
- Oh…, te propongo ponernos a trabajar…
Esta afirmación está plagada de errores conceptuales. No obstante, nobleza obliga, tu pregunta es de muy buen cuño. Sobre todo porque es una pregunta “inocente”, simple y llana, propia de alguien que quiere aprender en el diálogo, sin grandes temores o prejuicios. Es una pregunta sin vueltas. Que me pone a trabajar; que nos pone a trabajar.
La primera oración, que alude a la regulación de los sistemas del cuerpo y a la reacción ante el medio ambiente, no parece ofrecer mayores dificultades a nuestro interés. Parece una expresión relativamente anodina, descriptiva. Pero no es cierto que las hormonas estén “sueltas”, “solitas” en la danza corporal frente al medio ambiente. Además de las hormonas hay muchas otras sustancias del mismo plano, el químico, como los neurotransmisores por ejemplo, mediando toda la gran movilización psiconeuroendocrina. Que por supuesto, incluye a lo inmunológico, estrechamente asociado, con sus células y diferentes secreciones asociadas como el caso de las inmunoglobulinas, citoquinas, interferones. En fin, toda la intimidad tisular, incluyendo células y tejidos, diferentes secreciones – no solamente las hormonas – participan en la tramitación vital. El error que puedo visualizar en esta aserción se ve multiplicado en lo que sigue del texto, multiplicándose y curiosamente, por sobre todo, explicando su propia génesis.
La segunda oración es ya definitivamente equívoca. Empecemos por el término “afrontar”; supone poner alguna cosa “cara a cara” con otra, también asumir una responsabilidad buscando solucionar un problema, en oposición o desafío. En el lenguaje de cierta psicología cognitiva se utiliza mucho la derivación “afrontamiento”, como el caso de las llamadas “estrategias de afrontamiento”; que suponen el conjunto de conocimientos, “cogniciones”, que darían fin a la situación llamada “estresante”, que puede ser de diferentes tipos. Estudian diferentes motivaciones, significaciones, búsquedas de logros, recursos y otras categorías del estilo, que de acuerdo a este paradigma podrían ser cuantificadas. Lo equívoco, casi risueñamente equívoco, es que las seres vivos “no afrontan el estrés”, sino que el estrés mismo es siempre una situación de afrontamiento. No hay afrontamiento frente al stress. No puede concebirse un organismo viviente sin stress. Toda la vida es un afrontamiento. Toda la vida es un ajuste corporal. La ausencia de stress implica la muerte, la quietud molecular, celular, tisular, de los órganos y sistemas. El estrés va de la mano de los constantes desequilibrios y re equilibrios inmanentes a la existencia. De una homeostasis que ni bien se logra ya está descomponiéndose nuevamente. Hay una consustancialización entre vida, afrontamiento y estrés. Lo importante no es confundir la tipificación lógica que cada uno de estos conceptos merece.
La tercera oración es francamente risueña, calificativo al que apelo para no caer en una visión pesimista, amarga. No tanto por el decir de los legos, que no tienen obligación de conocer esta disquisición. Sino porque es usada frecuentemente en el ámbito académico, inclusive por docentes de materias de raigambre psicofisiológica, “con títulos honoríficos y todas las condecoraciones”. Se supone, como en este caso, que es el cortisol quien lleva la voz cantante de la situación. Si hay poco, pasa alguna cosa; si hay demasiado estotra. Es una “cortisolización” del estrés;, que en lugar de ser considerado como la descripción de una compleja actividad en el plano fisiológico, que abarca desde los niveles psicológico social hasta el bioquímico, se lo supone vinculado a un aspecto cuantitativo de una partecita del conjunto. Esto no sería un problema si no implicara llevarse por delante al ser humano y su condición.
Las descripciones de Selye, quien acuñó el término con sus investigaciones en los seres vivos en situación, lo mismo que las de Laborit, que supo trabajar más y mejor el englobamiento del eje hipotálamo hipófiso adrenal por el Sistema Nervioso en su conjunto, fundamentalmente por los niveles límbicos y corticales, muestran claramente que el concepto de estrés es un desarrollo de todo el acontecer vital. Donde en el humano, la significación de lo que acontece es inicialmente asociada a la Angustia. Sin Angustia no hay vida. La Angustia, en sus expresiones en las áreas somáticas o las mentales, inaugura la vida mientras la promueve. Angustia por la existencia, a su vez motor de la misma. Es esa más o menos vaga percepción de que estamos frente a exigencias que primero nos demandan para sobrevivir, que luego nos demandan para vivir. Sobrevivir supone el mantenimiento de nuestra estructura elemental, vivir supone el despliegue de todo el espectro de emociones, creencias y valores de las que es capaz nuestra humana condición. La Angustia, inclusive el Miedo, como emociones básicas, planteadas como Señal, pondrán en marcha nuestro repertorio comportamental, contradictorio y cambiante, en proceso. Ponen en marcha nuestra vida. Selye llamó a uno de sus primeros libros “La tensión en la vida”.
Resulta impropio pensar y decidir sobre estrés desde el supuesto de considerarlo como un concepto del mismo tipo lógico que las dificultades propias de la existencia. Suele decirse que una mudanza, una separación conyugal, una carrera de bicicletas, un examen son un estrés. Siempre hay stress. Y si de “poco” o “gran” stress se tratara, debemos pensar que lo escaso o lo excesivo no tiene que ver con otra cosa que no sea nuestra humana condición de atribuir significado a las cosas. Una cucaracha puede ser configurar, acorde a esta desviada idea, un gran stress. De acuerdo al párrafo que hemos analizado la cucaracha se corresponde con un alto nivel de cortisol. “Mucha cucaracha, mucho cortisol, mucho estrés”, vendría a componer un chascarrillo digno de Juan Carlos Altavista, Pepito Marrone o Carlitos Balá en sus mejores versiones. Pero esta linealidad entre cortisol y estrés da lugar para pensar de esta tragicómica manera.
Un poco más allá de esto, estaríamos a un paso de intentar un fármaco, tal vez una maniobra “alternativa” del sesgo que sea, para “bajar” el cortisol. “A mí me estresan las cucarachas porque me sube el cortisol”. Frase alienada y alienante si las hay. De este modo se da paso a los que sufren “de la serotonina” y tantas otras pavadas. No es infrecuente escuchar en el consultorio: “tengo la serotonina baja…, estoy depresivo y panicoso, estresado”. Lamentable relato que mucho más lamentablemente es autorizado por autorizadas voces profesionales.
Es conveniente considerar al estrés como una descripción integral del funcionamiento psicofisiológico, que en esta vida donde todo va en relación, se puede describir desde el orden de significación de todos los eventos y la gran movilización simultánea de los aparatos y sistemas. Conviene hablar, mucho más si en Psicología queremos situarnos, de Angustia, de Miedo, de Duelo, de Placer, de Alegría, de Esperanza. Es un decir mucho más inteligible y cercano a la verdad. Hablar de cortisol es un tapujo, lo mismo que sustituir por estrés palabras que bien suenan y sugieren la ampliación del sentido que la vida humana ofrece de continuo. Como las que he citado recién.
Lo que Selye llamó Síndrome General de Adaptación, en un intento de mostrar qué cosas sucedían en otros niveles de integración en pos de la operación homeostática, significó un profundo avance en la fisiología. Los enlaces que propuso Laborit con los Sistemas Activador de la Acción e Inhibidor de la Acción, lo mismo. Selye dice que el estrés es una medida del desgaste vital; que sin estrés no hay vida, que sin vida no hay estrés. Pero no confundía estrés con vida, con el continuo salud – enfermedad. Vida es un concepto de tipo lógico superior a estrés.
Ha dicho Selye en el citado libro: “El fin no es evitar el stress. El stress es parte de la vida. Es el residuo natural de todas nuestras actividades, no hay más justificación para evitarlo que para rechazar la comida, el ejercicio o el amor”
Es penoso ver que muchos de mis colegas siguen banalizando el concepto de estrés. Con lo cual banalizan la Psicología, que implica el mayor nivel de integración del comportamiento. Como he dicho, el interesante aporte psiconeuroendocrinoinmunológico no es del mismo tipo lógico que la vida. En todo caso es una categoría que permite entender ciertas cuestiones en la intimidad de los enlaces de haces nerviosos, de procesos químicos, de la “sopa” tisular que nos compone. Pero nunca una partecita de ella, supuestamente cuantificada, puede sustituir el calor y el color de las emociones, del proceso del pensamiento en su totalidad. Esa epistemología trata así, desde sus encallecidos estereotipos, mineralizar la cultura. De acuerdo a esa visión, una pelea entre un jefe y un subalterno, “es muy estresante” por la simple cuestión de que uno manda y el otro obedece, bajo cierta normatividad organizacional. Se cortocircuita el pensar, se propone una epistemología chata, rústica y, lo que es peor, sometedora en tanto corta las perspectivas de crecimiento mental. Con esta visión se pierde tejido psíquico, en su espesor y textura.
Cuánto que me has hecho decir… Es cierto, soy muy conversador. Y tú, sin dudas, además de paciente y perseverante, provocador en el buen sentido. Ahora espero tu nueva propuesta.
- Está bien Profesor… Puedo darle una recomendación?
- Claro, por supuesto…
- No se angustie tanto…, sus ideas no son lineales…
- Me parece que nos hemos entendido. Gracias.
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